Oración para espantar demonios

Todos en algún momento nos hemos visto tentados a pecar, pero solo la fe y la fuerza profunda en la palabra de Dios es lo que nos mantiene firmes ante cualquier tentación. Como en Mateo 26:41 “Estén alerta y oren para que no caigan en tentación. El espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil.” Y son estas situaciones las que nos hacen aferrarnos con mayor fuerza a nuestra fe por el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

Pero estas tentaciones no son solo una casualidad, son producto de Lucifer y sus demonios, que nos ponen a prueba para regocijarse de corrompernos como criaturas de Dios, pues en el principio el Diablo prometió que le demostraría al Dios todo poderoso que no éramos dignos, y que el mal puede vencer al bien; por ello 1 Pedro 5:8, dice “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente anda alrededor, buscando a quien devorar.”

Porque el mal siempre está al acecho, a la espera de un momento de debilidad, de un quiebre del espíritu, de que sientas que todo está saliendo mal o que Dios no responde tus suplicas; que ruegas a Jesucristo que interceda por ti pero no encuentras respuesta ni consuelo, son en esos momentos de debilidad en los que Lucifer y su ejercito de demonios se prepara, para seducirte, para alejarte de Dios y hacerse con tu alma.

Por esta razón Pedro dice: “…resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo. Más el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después de que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortaleza y establezca.” 1 Pedro 5:9-10

Por ello no hay que confundir jamás que somos tentados por Dios, en Santiago 1:18 “Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie.” Solo el mal puede tentar con mal y el mayor mal es Satanás y sus demonios, los cuales atormentan a los seres humanos a través de la posesión o materialización de los mayores pecados.

Sucedió durante el ministerio de Jesús que, en una ocasión en la tierra de los Gadarenos, se acercaron de entre las tumbas dos hombres poseídos por demonios, los cuales de inmediato reconocieron a Jesús como Hijo de Dios. A sabiendas de su gran poder y potestad para desterrarlos, los demonios le rogaron que los dejara introducirse en un hato de cerdos, y él se los permitió. Con una sola seña Jesús los despojó de los cuerpos y el hato de cerdos se lanzó por un despeñadero. (Mateo 8:30-32).

Jesús permite que los demonios entren en la piara de puercos

Esto comprueba que la única fuerza más poderosa que los espíritus inmundos del infierno es Dios; y la fe profunda en Él y en su Hijo, es suficiente para combatir a los demonios que nos quieran atormentar, porque la fe es lo único que nos hace salvos y vestirnos con la armadura de Dios es los que nos mantendrá lejos del pecado y el sufrimiento de las llamas ardientes del infierno, dice Efesios 6:11-13: “Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.

Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.”

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Por eso, debemos tener la convicción y la fuerza para resistirnos a los demonios, porque las cosas buenas solo vienen de Dios, y jamás estarán relacionadas con el mal. Dice Juan 1:5: “La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella”

Te invito a realizar esta oración con fe.

Oración para espantar demonios

Oh mi Dios amado, que sacrificaste a tu hijo por nuestros pecados, escucha mis súplicas; me he visto tentado al pecado Señor, el mal ha llegado a mi disfrazado de oportunidades de dinero fácil, en tentaciones de la carne y en distintas formas para alejarme de ti. Los demonios me atormentan día a día, me ofrecen traicionar mi matrimonio, que me vuelva codicioso y mienta en mi trabajo, se ocultan dentro de mis pensamientos; me hacen creer que soy un hombre perdido y que no merezco tu misericordia.

Dios te pido en nombre de Jesucristo nuestro salvador, que me des la fuerza para enfrentarme a este mal que me acecha, que me abraces con tu manto, porque sé, que solo a tu lado podré alejar a los demonios que quieren destruir mi vida. No permitas que me alejen de tu camino señor, dame la voluntad necesaria para espantarlos en tu nombre.

Proclamo que la sangre de Cristo tiene poder para purificar mi vivienda, la sangre de Cristo tiene poder para bendecir mi trabajo y a mi familia. Y En nombre del señor todo poderoso, yo exilio a estos demonios que atormentan mi sueño porque yo soy solo tuyo señor mi Dios, y Satanás jamás tendrá a mi alma, porque mi lealtad y mi amor te pertenecen solo a ti y no hay nada ni nadie, ni siquiera el mal supremo, que me aleje de tu misericordia y amor, porque los mismos demonios te temen, porque también son criaturas de tu creación.

En nombre de Dios alejo todas las blasfemias, maldades, brujerías y maldiciones que rondan este hogar, porque esta casa es la casa de Jesucristo, y solo él es merecedor de alabanza, ningún demonio tiene permiso de estar aquí. ¡Tiemblen demonios de las tinieblas! ¡Tiemblen ante el poder de la fe en Dios y aléjense de mi vida para siempre!

Porque mi alma, mi corazón y mi cuerpo, son del Dios único, y toda mi devoción será para Él por los siglos de los siglos. Amén.

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