Oración para no perder la fe

La Palabra de Dios nos dice en Hebreos 11:1 que “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”. Si bien los cristianos vemos a Dios en cada instante de la vida, hay muchas personas que niegan su existencia por algo tan vano como lo físico y lo material, ya que Dios no posee una forma física; pero justamente de eso se trata la fe, “porque por fe andamos, no por vista” (Corintios 5:7).

No es posible ni necesario, ver con los ojos de la carne a Dios, solo tenemos que aceptarlo y sentirlo, observarlo en cada obra bondadosa, en nuestra respiración, en el amor, en la compasión, en la bondad; todas estas cosas son inspiradas por Dios, y son una representación del bien máximo que es Él.

En ocasiones, nos encontramos desesperados, porque sentimos que cuando oramos o hacemos peticiones; no somos correspondidos de la forma que esperábamos. Pero lo que debemos entender es que el Todopoderoso siempre escucha nuestras súplicas y aún cuando sientes que te ha abandonado está allí a tu lado, acompañándote, aunque puede que no lo notes. Incluso cuando creemos que nuestras palabras no fueron escuchadas, nos perdemos de ciertos detalles que son inspirados por Dios; una mano amiga, la lectura de algún salmo que nos da fortaleza o tan solo el hecho de sentir calma en los momentos más complejos y difíciles.

Todas estas manifestaciones de Dios, solo las podemos percibir a través de la fe; y la fe viene por el oír, y el oír por la palabra de Dios (Romanos 10:17). Perder la fe es mucho más fácil que mantenerla; pero dejar de tener fe en Dios, significa perder su agrado, su protección y cuidado, como dice en Hebreos 11:6 “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que él existe y que es galardonador de los que le buscan.”

Es por eso la importancia de alimentar la fe a través de la oración y la lectura de las Escrituras, para de esa manera, encontrar en la Palabra el refugio a nuestras preocupaciones, y la certeza de que los malos tiempos pasarán y Dios nos bendecirá con dicha y abundancia.

>También puedes leer:¿ Qué dice la Biblia de la oración de fe?

Jesús solo puede interceder en nuestras vidas si somos personas de fe; un ejemplo de esto, fue lo que sucedió en Jericó cuando Jesús y sus discípulos se encontraron con Bartimeo el hombre ciego. Con todas las fuerzas de su alma, el pobre hombre, quien se encontraba mendigando en la calle; le rogó a Jesús que tuviera misericordia de él y le devolviera su visión; y aunque recibió duras críticas de los presentes, él continuó rogando sin prestarle atención a lo que decían. Sus clamores fueron tan fuertes, que Jesús de Nazaret terminó por levantarse y decirle “Vete, tu fe te ha salvado”. Y enseguida recobró la vista. (Marcos 10:46-52)

Jesús pide la fe como condición previa para realizar milagros.

Los milagros son solo hechos a quien posea una fe genuina, porque aceptar a Jesucristo como nuestro salvador, nos hará salvos “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo”. (Romanos 5:1)

Cuando la perdemos, nos encontramos a la merced de la maldad y la angustia, nos sentimos arrojados al azar, y no obtenemos la gracia de Dios. Es por ello que la fe es tan poderosa, porque nos trae calma en los momentos de angustias, porque nos da la seguridad de que, aunque las cosas estén mal, Dios intercederá por nosotros y recobraremos la fuerza, la esperanza y el coraje que necesitamos; Él cambiará nuestra vida para bien porque su misericordia y benevolencia es omnipotente y todo lo puede, no hay una sola cosa que pase en el mundo que Dios no la sepa, ni una sola cosa que Él no pueda cambiar por muy grande o pequeña que sea, por eso es Perfecto.

Por eso Hermanos, los invito a que hagamos una oración:

Oración para no perder la fe

Dios eterno, tu que reinas en los cielos por los siglos de los siglos, mírame aquí tu siervo lleno de pecado que implora tu misericordia y amor. Desde mi insignificancia confieso con mi boca al Señor Jesús y creo firmemente en mi corazón, que tú, Dios eterno, lo levantó de entre los muertos. Por eso te ruego, mi Dios que no permitas que mi fe falle, no permitas que las increíbles dificultades de la vida me hagan sentir desvalido, báñame con tu luz para que mi corazón frío por las injusticias humanas, se vea calentado por tu gracia.

Obra en mi vida en plenitud, abre los ojos de mi alma para poder notar la magnificencia de tu misericordia; tu mi Dios amado, el que siempre ha estado para nosotros tus siervos, perdona nuestros pecados de pensamiento y acción. Por eso te ruego por medio del Espíritu Santo, fortalezcas mi ser para que Cristo habite en mi corazón y elimine cualquier duda que pueda tener.

Pido hoy en este día, que mi fe traspase barreras y me llene de alegría y paz, dicha y gozo; para que tu Gloria Señor se apodere de mi vida y me conduzca por el mejor camino. Te entrego mi ser entero Señor mi Dios, para que hagas tu voluntad, pues se que solo de ti emana la bondad, el amor y la misericordia.

Todas mis habilidades y riquezas te las debo a ti, solo tu eres digno de alabanza y solo bajo tu manto encuentro la felicidad. Con tu confianza y respaldo lograré cosas grandes; porque confío en ti plenamente y mi fe no tambaleará, porque mi vida se llena de gozo con tu Palabra; por lo que, no hay manera que nada de lo externo intervenga en mi alabanza.

Mi cuerpo y alma te pertenecen, confío ciegamente en ti; toma el control de mi vida y mis acciones porque eres mi Salvador y a tu lado, nada me faltará. En el nombre del Señor Jesús. Amén.

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