ORACIÓN POR LA FAMILIA UNIDA

ORACIÓN POR LA FAMILIA UNIDA

Dios creó al hombre y a la mujer dando inicio a la unidad más importante que regiría la vida de los seres humanos: La familia. Es por ello que, en su enseñanza nos da como camino a recorrer, la conformación de un núcleo, separarnos de nuestros padres e iniciar una nueva vida familiar en la que expandiremos el evangelio; como lo dice en Génesis 2:24: “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.”

Y es de este matrimonio de hombre y mujer, que se harán de una descendencia, a la que deberán criar en el evangelio bajo la palabra del Señor Jesucristo, para que de esa forma, Dios mantenga a la familia unida. Es responsabilidad del matrimonio en cristo, enseñar la palabra y ser ejemplos de la vida en el evangelio, de la misma forma, que es responsabilidad de los hijos obedecer a sus padres como está escrito en los mandamientos “Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.” (Éxodo 20:12)

En Efesios 6:1-4, se explica, que cada miembro tiene deberes con su familia y con Dios, para la búsqueda de la vida eterna y la inmortalización del alma: “Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra. Y vosotros, padres, no provoquéis la ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.”

>También puedes leer: Mensaje de Dios para la familia.

Pues, un hijo criado desde el amor del evangelio se llena de valores de respeto, temor a Dios y amor por el prójimo. Solo aquél que vive bajo las enseñanzas de las escrituras sagradas, puede ser ejemplo y educar a sus descendientes en la palabra de Jesús, o de lo contrario, alejará a sus hijos del camino del bien. Un buen hijo en los ojos de Dios es aquel que escucha a sus padres y aprende, como dice Proverbios 6:20-23:”Guarda, hijo mío, el mandamiento de tu padre, Y no dejes la enseñanza de tu madre; Átalos siempre en tu corazón, Enlázalos a tu cuello. Te guiarán cuando andes; cuando duermas te guardarán; Hablarán contigo cuando despiertes. Porque el mandamiento es lámpara, y la enseñanza es luz, Y camino de vida las reprensiones que te instruyen.”

Un hijo criado desde el amor del evangelio se llena de valores.
Un hijo criado desde el amor del evangelio se llena de valores.

Esto nos convierte en una familia no solo sanguínea, sino espiritual; una que comparten la adoración y alabanza a Dios, generando un vínculo mucho más especial que el de otras familias fuera del evangelio. La oración familiar llena de gozo y alegría, genera unión, ayuda en la resolución de conflictos y nos guía en los momentos buenos y malos de la vida.  La Iglesia es también una familia unida en la que debemos aplicar las mismas enseñanzas, escuchar como un hijo y enseñar como padres, siempre alabando la grandeza de Dios, como lo explica en 1 Crónicas 16:28-29:

“Tributen al Señor, familias de los pueblos, tributen al Señor la gloria y el poder; tributen al Señor la gloria que corresponde a su nombre; preséntense ante él con ofrendas, adoren al Señor en su hermoso santuario.”

Esto se ve reflejado en la Biblia, cuando en una ocasión Jesús se encontraba con sus discípulos, mientras una multitud se reunía fuera de su casa. Momentos después, se le fue avisado que su madre y sus hermanos se encontraban esperándolo, y fue entonces cuando respondió que madre y hermanos era todo aquel que hacía la voluntad de su Padre:

“Y la gente que estaba sentada alrededor de él le dijo: Tu madre y tus hermanos están afuera, y te buscan. Él les respondió diciendo: ¿Quién es mi madre y mis hermanos? Y mirando a los que estaban sentados alrededor de él, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos. Porque todo aquel que hace la voluntad de Dios, ése es mi hermano, y mi hermana, y mi madre.” (Marcos 3:31-35)

Por lo que, la palabra indica, que es importante no solo predicar el evangelio y realizar oración para que la familia permanezca unida en el hogar, sino también con aquellos que son hermanos en Cristo, orar por ellos, ayudarse unos a otros. Pues todos somos hijos del mismo Dios creador que envió a su hijo en sacrificio por nosotros.

Así que, repite conmigo esta oración por la familia unida:

Señor, Dios eterno, creador del cielo y de la tierra; tu que sabes y conoces mi historia, has visto mis caídas y me has levantado, me has guiado y dado la fortaleza para mantener unida a mi familia, hoy te pido con el corazón en la mano que intercedas por mí, por mi pareja, por mis hijos, por mis padres y por mis familiares, para que bajo tu enseñanza y tu palabra todos seamos salvos y cuidados bajo tu manto.

Dios misericordioso, te pido en nombre de Jesús que ilumines a aquellos familiares que han perdido el rumbo y han sido enceguecidos por las promesas de este mundo terrenal, abre su mente y sus corazones para que vuelvan a ti, a su hogar y con los que los amamos. No permitas que nada pervierta el camino de mis hijos, aleja a aquellos que quieren hacernos daño, haz que sus intentos sean inútiles y jamás seamos separados por la maldad del hombre, aleja las tentaciones que quieren corrompernos y destruir mi matrimonio.

Mantennos unidos bajo tu manto, porque como dice tu palabra “si una familia está dividida contra sí misma, esa familia no puede mantenerse en pie” (Marcos 3:25). Te pido por los míos y por los demás, devuelve a cada joven perdido en unión con su familia, muéstranos el camino para acceder juntos a la vida eterna, aceptando a Jesucristo como nuestro único salvador, y que al finalizar esta vida, podamos encontrarnos de nuevo, en el reino de los cielos. Amén.

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